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Leire Iriarte

Investigo, emprendo y escribo sobre felicidad y sostenibilidad. Tras mi formación como Doctora en Ciencias comienzo mi carrera profesional en la cooperación al desarrollo y la investigación en sostenibilidad. Con el tiempo, surgían más preguntas para las que encontraba menos respuestas hasta que entendí que todo dependía de las personas, sus intereses, sus miedos, sus dones y sus sombras. A partir de ese momento empiezo a proponer distintas iniciativas como consumaconsciencia.org y elbuenvivir.org

Hasta que no equilibremos los intereses individuales con los colectivos, será muy complejo alcanzar acuerdos y poner en marcha medidas para dar las respuestas necesarias

PREGUNTAS Y RESPUESTAS

Empezamos la entrevista con la pregunta que nos dijo Amaya Apesteguía que te hiciéramos: ¿cuál crees que es el mejor camino para integrar el bienestar en la economía y el consumo?

Quiero empezar con palabras de agradecimiento tanto para Carlos (Clickoala) como a Amaya (OCU) por querer escuchar mi voz, ¡gracias!

Me gusta la pregunta. Empezamos fuerte. Una de las máximas del pensamiento colectivo más o menos consciente es que a mayor economía, mayor bienestar, cuando esto no es necesariamente así. De sobra es sabido los retos sociales y ambientales a los que nos enfrentamos derivados del crecimiento económico desmesurado.

Un paso definitivo, que tímidamente va asomando en distintos rincones del mundo es la anteposición del bienestar a la economía, entendiendo el bienestar como el resultado de la valoración subjetiva que hacemos de nuestras vidas. Si nuestro objetivo es estar bien, vamos a enfocar nuestra atención (y nuestros esfuerzos) en este sentido y seremos capaces de supeditar los medios necesarios para alcanzar ese bienestar. Es decir, la economía quedaría subordinada a dar respuesta a nuestras necesidades de bienestar. Ahora estamos más bien en un escenario antagónico donde se antepone la economía, de forma más o menos evidente, al bienestar.

Uno de tus proyectos es Consumaconsciencia.org en el que se analiza la sostenibilidad de las empresas. ¿Cómo se logra la nota global que pones a las empresas? ¿Tienes dificultades para recabar información veraz para el análisis?

Es tan laborioso encontrar la información necesaria para elaborar la nota global que da consumaconsciencia.org a las empresas, como necesaria su existencia. La plataforma destiló la mejor información disponible de las empresas, utilizando distintas fuentes: desde las memorias de las empresas hasta distintas publicaciones de organismos públicos como la Comisión Nacional del Mercado de Valores, por ejemplo. Hay mucha información que es muy difícil encontrar y la mayoría de las empresas no quisieron ampliar la información, aunque se les dio la oportunidad.

La plataforma agrupa la información y la destila, de forma transparente. Para calcular la nota global de cada empresa se ha tenido en cuenta su contribución al Bien Común en relación a los “productos y servicios”, “producción energética”, “responsabilidad social y gestión económica”, “comportamiento ético y transparencia”, “personas (trato al empleado)”, información disponible. En la plataforma se proporcionan los detalles metodológicos.

En Clickoala coincidimos al 100% con la visión de ConSuma Consciencia respecto a que existen millones de personas sensibles a la responsabilidad social empresarial y a la sostenibilidad, pero luego esta gran comunidad no se refleja en las opciones elegidas para el consumo. ¿Cómo crees que se podría eliminar esta diferencia entre ambos conceptos?

Otra gran pregunta. El concepto de sostenibilidad es bastante aspiracional y sujeto a distintas interpretaciones. Algunos autores, por ejemplo, hablan de “explotaciones petrolíferas ambientalmente sostenibles” porque deben emitir CO2 verde. Cada persona y organización tiende, de forma natural a defender sus intereses, en muchos casos en el corto plazo y con vocación muy egoísta. Ante este contexto, hasta que no equilibremos adecuadamente los intereses individuales con los colectivos en el tiempo, será muy complejo alcanzar acuerdos y poner en marcha medidas para dar las respuestas necesarias. Creo que es necesario hacer un esfuerzo individual y colectivo en la toma de consciencia y en la puesta en práctica, poco a poco, de medidas para acortar la diferencia entre lo que queremos defender y lo que defendemos

Hablas de un concepto interesante: el consumo consciente. Hemos escuchado muchas veces el consumo responsable y el consumo sostenible. ¿En qué consiste el consumo consciente?

Utilizamos el término “consumo consciente” para incidir en la necesidad de tomar consciencia de lo que hacemos y de las consecuencias que tienen nuestros actos. Va enfocado a que podamos reflexionar sobre el impacto que generan nuestros actos para que poco a poco podamos interiorizar acciones que acorten la distancia entre lo que nos gustaría hacer y lo que hacemos.

Desde la plataforma realizamos un estudio sobre la satisfacción con nuestra contribución al bien común y observamos que el factor más limitante para realizar un consumo más consciente no es ni la falta de información ni de dinero, sino el tiempo. Otro resultado interesante que observamos es que hay una correlación positiva entre la satisfacción con la vida y la percepción de nuestra responsabilidad en el consumo.

¿Puedes darnos alguna pauta para que podamos consumir con conciencia en una época como la navideña y las rebajas?

Todo pasa por pararse un momento y reflexionar para qué hacemos lo que hacemos. Todavía la mayoría de personas creen que es necesario desplegar la mayor cantidad de recursos materiales para ser bien visto, aceptado por el entorno. Esto es muy visible en las compras que hacemos en forma de regalos, de menús, de actividades de ocio, etc. Si estamos en esta dimensión material es necesario recurrir a las “R”: Reducir, reutilizar, reparar, reciclar, etc. Más elemental es interiorizar que una vez cubiertas unas necesidades básicas, más dinero (y más consumo) no nos van a hacer más felices y lo que queremos es ser felices, ¿no?

¿Crees que las nuevas generaciones, inmersos en una crisis climática, serán los verdaderos responsables del cambio de forma de consumir? Permíteme la banalización, pero estamos hablando de la generación de Netflix, de Instagram y del Black Friday

A las generaciones venideras les tocará ser protagonistas de su tiempo. Estoy convencida de que darán respuesta, en la medida de sus posibilidades, a los retos que les plantee su tiempo. En gran medida la forma de consumir es una manera de ser y, por tanto, podrán cambiar la forma de consumir si han interiorizado un compromiso profundo a favor de la sostenibilidad. Mucho de lo que puedan hacer vendrá determinado por la herencia que reciban de las generaciones que ahora toman las decisiones con mayor impacto social, así que debiéramos entender la corresponsabilidad intergeneracional.

Otro de tus proyectos, elbuenvivir.org nos parece original y una corriente de aire fresco: Ayudar a empresas y organizaciones sean felices. ¿Puedes explicar a nuestros lectores cómo se puede conseguir la felicidad?

Recurriendo a la etimología permíteme indicar que el término felicidad proviene de fecundidad de tener la capacidad de desarrollar el potencial. Todas las personas tenemos todo el potencial y por diversas razones lo vamos enterrando bajo distintas capas que nos dificulta ser felices. Evidentemente, no tengo ninguna receta mágica para hacer feliz a nadie pero sí la certeza de que la felicidad no depende del azar ni de las circunstancias, sino que es algo que todas las personas podemos cultivar trabajando las relaciones personales, el agradecimiento, la amabilidad, la compasión el perdón, la resiliencia, etc.

Igual de importante que mantener el coraje para trabajar en nuestra felicidad es reconocer la importancia que tiene la dimensión social en nuestra felicidad individual. Los estudios que han estudiado la relación entre migraciones y felicidad, han determinado que los niveles de felicidad de las personas migrantes se parecen más a los del lugar de destino que de procedencia, poniendo de manifiesto la importancia de los niveles sociales de bienestar.

Nuestro buscador se basa en sellos y certificaciones confiables. Presentamos únicamente productos y servicios, de cualquier sector, que son éticos tanto para el medio ambiente como para los seres humanos. ¿Podrías recomendarnos sellos o certificaciones que crees que garantizan que se trata de un producto ecológico y ético?

Hay muchas certificaciones diferentes para los distintos sectores y, como en todo, hay sellos que sorprenderían a muchos por lo laxo de sus requerimientos. No es lo mismo el sector textil que el alimentario o el cosmético. Recomiendo que para sector se analice bien las distintas opciones y se intente contrastar la información antes de dar el sello por bueno. En este artículo la OCU se facilita información sobre las distintas opciones de sellos.

¿Qué referente nos recomiendas entrevistar para poder compartir consejos sobre el consumo consciente? ¿Qué pregunta le harías?

Mario Sanchez Herrero, en nuestra última conversación hablamos sobre la necesidad de que para transformar el mundo necesitamos transformar las personas, ¿cómo lo hacemos?

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