Celia Ojeda
Doctora en Biología por la Universidad de Alicante y Licenciada en Ciencias Ambientales por la Universidad Europea de Madrid. Coordina el Área de Consumo de Greenpeace España, que trabaja en plásticos, alimentación (carne y derivados lácteos y pescado sostenible), movilidad, moda sostenible, ciudades y consumo sostenible. Anteriormente fue responsable de Océanos de la misma organización ecologista.
Preguntas y respuestas
En tu desarrollo profesional en Greenpeace has pasado de ser responsable de Océanos a Responsable de Consumo. ¿Podrías explicarnos el porqué de ese cambio? ¿Qué te atraía de trabajar en el Consumo responsable?
Realmente no es un giro tan raro. Desde la campaña de pesca llevábamos mucho tiempo trabajando con consumo de pescado y con temas de plásticos en el mar y pescadores artesanales. Por lo que abrir un programa de consumo que incluyera otros temas como movilidad, ropa o alimentación (carne y derivados lácteos) no ha sido realmente un cambio sino una apertura a otros temas que son muy necesarios tratar.
¿Qué queda hoy de la sociedad consumista que reinó de forma absolutista a finales del S.XX?
Creo que nuestra sociedad sigue siendo consumista. Si bien es cierto que hay una tendencia tanto de las personas como de pequeñas empresas hacia lo sostenible, aún nos faltan mucho pasos por dar para que esta tendencia se modifique hacia más reparación, más retornar y más rellenar o refilling.
En vuestra organización, remarcáis la idea de que no todo es comprar. ¿Es el reutilizar o el reciclaje la mejor herramienta para un consumo responsable?
Las mejores herramientas son la reducción y la reutilización. Evidentemente si hablamos de plásticos de un solo uso, nos centramos también en el rellenado y retorno o por ejemplo si hablamos de ropa hablamos de reparar e intercambiar. El reciclaje ha tocado techo. Por poner ejemplos a nivel internacional solo se han reciclado el 9% de los plásticos de un solo uso puestos en el mercado. Es evidente que el sistema ha tocado techo y necesitamos alternativas, como reparar, rellenar, reutilizar, y reducir.
Greenpeace se ha caracterizado por hacer exitosas campañas de concienciación muy llamativas. También sabemos que el consumo responsable está entre sus grandes objetivos con Consume Mejor. ¿Existen evidencias de que la población está empezando a cambiar el tipo de consumo?
Digamos que hoy por hoy tenemos un 50% o más bien a la población dividida. Hay gente que sigue comprando mucho sin importarle el qué ni sus consecuencias y hay otra parte de la población que ya empieza a estar concienciada en temas como los plásticos (y por ejemplo ya llevan su botella de agua, o su bolsa de tela o llevan bolsas para la fruta y la verdura en las tiendas), pero queda mucho por hacer. Seguimos consumiendo mucho.
En Clickoala queremos dar visibilidad a aquellas empresas que se esfuerzan en producir tanto productos como servicios de forma ética y sostenible. ¿Crees que priorizando este tipo de consumo se estaría más cerca tener una forma de vivir sostenible?
En Greenpeace creemos que hay que visibilizar estas apuestas por la sostenibilidad, pero también hay que demandar como personas consumidoras el cambio de las grandes corporaciones a un modelo sostenible de verdad. Si el cambio no es de todas, no surgirá efecto.
Se le da al ciudadano un papel decisivo en este cambio hacia el consumo responsable. Pero, ¿y la clase política? ¿Qué papel se le debe exigir?
Es verdad que a las personas consumidoras se les está dando un papel decisivo, y es verdad que si la demanda cambia y por tanto cambia la mentalidad habrá un cambio. Pero no puede estar todo este peso sobre los hombros de las personas.
La clase política debería legislar para generar un cambio sobre el consumo, por ejemplo: reducir la publicidad, establecer o facilitar el establecimiento de “centros comerciales” que fomenten la reparación el intercambio y la segunda mano, reducir el IVA a aquellos productos que se pueden reparar o rellenar. Los gobiernos y las ciudades deberían legislar para favorecer un consumo más sostenible, por ejemplo, legislando contra los plásticos de un solo uso, contra el usar y tirar, favoreciendo la reparación y la segunda mano, y facilitando la creación de modelos de empresas y empleo sostenibles.
Pero no solo los gobiernos, sino que necesitamos que las corporaciones y las empresas cambien radicalmente su modelo. Necesitamos que se dejen de centrar en reciclar y en poner materiales reciclados a que se centren en hacer productos que se puedan retornar, rellenar y reparar.
Has escrito en el blog de Greenpeace un artículo del que nos sentimos muy identificados: Leer y entender las etiquetas ¿Qué consejos darías a los consumidores para discernir entre etiquetas y sellos reales y etiquetas meramente publicitarias?
Hay que ser paciente y constante. No hay que confundir marketing y diseño con información del producto. Por ejemplo, que en una lata de atún ponga “bonito del Norte” no significa que haya sido pescado en el Cantábrico. Bonito del Norte es una denominación comercial y por tanto puede haber sido pescado en otro sitio, por ejemplo en el Índico.
Por esto, el producto se lee en la etiqueta. Y ahí es dónde hay que mirar. No es fácil, pero una vez que encuentras un producto que te gusta y con el que te sientes cómoda, ya no tienes que leer más la etiqueta. Es decir no tenemos que mirar siempre las etiquetas si ya conocemos los productos.
También introdujiste un concepto que nos pareció muy interesante, el de la tribu Neopolitan. ¿Podrías explicar a nuestros lectores en qué consiste?
Neo- del griego νεο- neo- significa nuevo o reciente.
Polis- del griego πόλις pólis., estado autónomo constituido por una ciudad y un pequeño territorio. Dícese de la persona de cualquier edad, cualquier ideología política… que aceptan el reto de consumir de manera responsable, ética y justa para cambiar las ciudades y por tanto el planeta. Una persona neopolitan se pregunta los significados de las etiquetas, cree que los verdaderos malos humos son los de los coches y cuando ve una cebolla en un supermercado cubierta de film y en bandeja de poliespan se pregunta si esta no tiene ya suficientes capas. Es una persona que se repara las prendas, bien porque sabe coser o porque va a un sitio de reparación, que quiere ir en bici por la gran ciudad y respirar sin contaminación… que quiere tener parques y plazas, que quiere comprar a granel y evitar los plásticos.
Clickoala es un buscador de productos y servicios sostenibles confiables. Remarcamos el concepto confiables, porque no existe un sello o certificación único que garantice al ciudadano que está consumiendo de forma ética. ¿Podrías decirnos algunos sellos o certificados en los que sí se puede confiar? 10. Y en el otro lado de la balanza, ¿has detectado alguno que no cumpla con lo que prometen validar?
Los certificados o sellos no están unificados, de hecho hay mucha variedad, y dependen mucho del tipo de producto y en qué país han sido producidos. Por eso hay mucha variedad y muchos de ellos no certifican el producto entero sino algunos componentes. Por eso desde Greenpeace siempre recomendamos leer bien la etiqueta e informarse antes de comprar.
¿Qué referente nos recomiendas entrevistar para poder compartir consejos sobre consumo responsable? ¿Qué pregunta le harías?
Creo que deberíais hablar con Brenda Chávez. Le preguntaría ¿crees que los Fridays for Future podrían cambiar el consumo a un des-consumo?