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Patricia Villarrubia-Gómez

Estudiante de doctorado en el Stockholm Resilience Centre (Universidad de Estocolmo). Patricia investiga la contaminación de plásticos a nivel global desde un punto de vista social y ambiental. Para ello, estudia la causas e impactos de la contaminación plástica en los ecosistemas de manera multidisciplinar e intersectorial, lo que incluye el análisis de políticas internacionales, dinámicas de poder y movimientos sociales. Le apasiona comprender las interfases entre el conocimiento y su implementación en acciones que prevengan y contengan la actual crisis de contaminación plástica mundial.Le interesa que dichas acciones promuevan respuestas sociales y cambios institucionales más equitativos que fomenten la justicia social.
Patricia ha trabajado como experta en contaminación plástica para GRID-Arendal, centro colaborador del PNUMA, investigando y haciendo divulgación científica sobre los movimientos transfronterizos del comercio de residuos plásticos y los efectos de los residuos plásticos.

 

Preguntas y respuestas

¿Por qué decidiste centrar tu especialización en los plásticos?

Porque en el 2010 durante un voluntariado que hice con la organización de Cabo Verde Natura 2000, vi como algunas de las tortugas que llegaban a la playa venían con algunas de sus aletas amputadas. Y posiblemente la causa era que se habían quedado atrapadas en redes fantasma. Otras tortugas llegaban enfermas y morían, y cuando le hacían la necropsia se descubría que tenían el estómago lleno de plástico. Pasé con esta organización un mes viviendo en la playa. Recuerdo que hicimos una limpieza de una de las playas más remotas de la isla, donde no hay absolutamente nada, y sacamos una cantidad de plástico que era impresionante. Ahí me di cuenta de que tenía que hacer algo.

Al año siguiente vi un documental realizado por la organización 5 Gyres Insitute (o 5Giros) que se llama Plasticized. A los 5 minutos de empezar a verlo yo ya sabía que iba a hacer el resto de mi vida.

Háblanos de un concepto que puede ser desconocido para muchos de nuestros lectores: los plásticos post fronterizos.

Nosotros por lo general pensamos que la basura plástica – aquel residuo plástico que ponemos en el contenedor amarillo de reciclaje- van a una planta recicladora dentro de España. Sin embargo, en la mayoría de los casos esto no ocurre así. Lo que ocurre es que estos plásticos van a una planta en la que diversifican los plásticos, los ponen en unas pilas y los transforman en unos cubos compactos. Estos cubos aplastados de plástico los llevan a un barco (o a un camión si van a algún país de la Unión Europea). Estos barcos iban a China hace años, hasta el 1 de enero de 2018. A partir de esa fecha, China dijo que ya no querían ser el basurero global, por que ya no podían reciclar nada más y que ya tenían suficiente con sus propios residuos domésticos.

Entonces, a partir de 2018, los plásticos de Europa, al igual que otros países, sobre todo países del norte global, lo mandamos en barco a países del sudeste asiático, como Tailandia, Indonesia, Vietnam, principalmente. Sin embargo, estos países no tienen en la capacidad de absorber todos los residuos plásticos que se generan en el planeta entero. Y estos son los plásticos transfronterizos, aquellos movimientos de residuos de un país a otro.

Los datos publicados sobre plástico reciclado esconde una realidad: se cuenta como reciclado aquel que se ha enviado a otros países receptores de este tipo de residuo. ¿Por qué crees que se ha llegado a aceptar que se diga que eso es plástico reciclado?

Esto justamente tiene relación a lo que hemos dicho antes. Lo que se hacía aquí es que diversificamos los plásticos y los agrupamos según el tipo de plástico (PET, PP, PVC, etc) y los mandamos a otro país. Pero históricamente, durante décadas, todo lo que nosotros hemos compactado y mandado a otro país para que allí se recicle se ha contado como plásticos reciclado en nuestros países ricos. Pero es que hasta 2018 casi nadie hablaba de esto.

¿El porqué se ha aceptado? No tiene sentido. Creo que es uno de los mayores síntomas de la falta de funcionamiento del sistema de gestión de residuos, no solamente a nivel nacional de España, sino a nivel internacional y a nivel global. Porque todo el mundo estaba haciendo lo mismo, pero sobre todo Europa.

Y estos países receptores de plástico realmente reciclan el plástico o lo eliminan.

El plástico que tiene un valor económico, como son las botellas de plástico tipo PET, botellas de plástico que contiene el agua, bebidas carbonatadas, etc. Este tipo de plástico tiene un gran valor económico, por lo que estos plásticos sí se aseguran de que van a ser reciclados.

El resto del plástico, como el plástico flexible que cubre nuestra comida, o los conocidos como films, no tienen valor económico. A pesar de que podrían ser reciclado, el coste de su reciclaje es mayor, pues por lo general está manchado con comida (contaminado) y no tiene mucho beneficio económico. Otros embases de plásticos son multicapa (tienen varias capas con diferentes plásticos), y son muy difíciles de reciclar. Si a la hora de reciclar, se mezclan diferentes tipos de plásticos, y con múltiples colores, el plástico reciclado que surge no es de tanta calidad como para que otro productor de productos plástico vayan a utilizarlo. Por lo tanto, el precio de es bajo y se acaba por no utilizarse.

Lo que está pasando, por ejemplo en Indonesia, es que estos plásticos flexibles, estos films, o acaban llegando a la naturaleza y al océano o los queman. Y la queman se produce de manera descontrolada.

Por ejemplo, en el caso de Indonesia hay cada vez más información sobre la utilización de estos plásticos flexibles como fuente de combustión, para calentar el agua con la que se produce el tofu para el consumo de la gente de Indonesia. Utilizan este plástico flexible para la ignición de otros productos, para la preparación de comidas o simplemente para deshacerse de ellos. Y esto lo hacen porque, al usar el plástico como material de ignición es más barato que comprar madera, y porque ya no caben más residuos plásticos en ciertas ciudades y pueblos del país y lo eliminan de esa manera. Es un uso descontrolado y con consecuencias claras: la cantidad de polución generada y un aumento de casos de enfermedades respiratorias. Consecuencia de que la combustión de plástico es cada vez mayor y los impactos sobre los ecosistemas naturales.

plástico quemado en fábricas de tofu en Indonesia
Humo negro provocado por el plástico quemado en fábricas de tofu en Indonesia. Imagen de New York Times

Y ante esta situación tan crítica por la que está atravesando el planeta, las empresas plásticas publican sus previsiones de un crecimiento de producción del 30% en los próximos 5 años. ¿Cómo es posible?

Pues sí, según uno de los últimos estudios publicados este verano por la Fundación Mineroo se ha observado que el plan que tiene la industria plástica es que se produzca un incremento del 30 por ciento en la producción de plástico virgen para artículos de un solo uso. Por ejemplo, la cubertería de usar y tirar: como los platos y vasos. ¿Y por qué? Pues por el modelo económico que tenemos, el modelo capitalista. No existe un control en la cantidad de producción de plásticos que puede haber en el mundo. Para las empresas no hay un techo más allá del cual ya no puedan producir más plástico.

Como no hay legislación vinculante, los productores siguen incrementando su beneficio con el aumento de la producción de plástico. Y no nos olvidemos que el plástico, en su mayoría, se produce cuando se refina el petróleo o el gas natural. De esta manera, se sigue creando más combustibles fósiles, y, en consecuencia, teniendo más plásticos virgen. Si no se legisla o no se limita el tope para la producción de este tipo de plástico, por parte de los productores está claro que ellos nunca se van a auto-controlar.

Siempre que se habla de la contaminación del plástico se habla de su impacto en el medio ambiente, pero afirmas que hay un impacto social y psicológico sobre la población. ¿En qué aspectos afecta?

El tema del plástico ha llamado la atención de tanta gente porque es muy visual, sobre todo si lo comparamos con el dióxido de carbono, que no lo vemos. Pero en el caso del plástico es algo muy tangible y muy visual. Sabemos que no pertenece al medio natural. Y ya no solamente eso, también vemos cómo les afecta a los animales. A la mega fauna que tanto nos gustan, como las ballenas o los delfines que aparecen varados en nuestras playas con bolsas de plástico en sus estómagos. Entonces todo esto poco a poco va haciendo mella en la gente. No solo en la gente que vive en la costa o alrededor del río, sino también aquellas que viven en sitios donde no hay gestión de residuos. Vemos que el planeta está cada vez más sucio. Eso te daña nuestra la salud mental. Incluso a nivel de turismo. La gente está dejando de ir a sitios donde hay una mayor concentración de plástico porque tú no quieres ir de vacaciones a un sitio donde está sucio. Y es porque no es bonito, no te puedes relajar. Te puede llegar a crear ansiedad.

Por otra parte, el océano y otras masas agua están comprobadas científicamente que tiene poder curativo y calmante. Y cuando estás en un lugar que debería calmarte como el mar y ves que está tan sucio, tiene el efecto contrario.

Aquellas personas que empiezan a educarse a nivel medioambiental y ve que todo, absolutamente todo lo que nos rodea a día de hoy está hecho de plástico, le produce ansiedad. Hay muchas personas que no lo tiene en cuenta, pero una vez que empiezas a ver y saber identificar diferentes tipos de basura plástica, ya no puedes dejar de verla en todas partes. Entonces también eso te crea crear ansiedad e intranquilidad. Cuando piensas que tus hijos no van a poder ver la naturaleza como la viste tú de niño, crea emociones negativas.

Y a nivel social, el impacto es muy importante también. Nosotros no lo vemos porque estamos en España, y las instalaciones de gestión residuos suelen estar en lugares aislados. Nunca la van a poner cerca de barrios ricos. La basura plástica y su tratamiento se va a llevar a cabo en países que económicamente están más empobrecidos, en barrios obreros o barrios marginados.

El duro impacto sobre la salud de las personas que están cerca de estas instalaciones es evidente pues se incrementa muchísimo más la cantidad de enfermedades que puedes padecer. Esto pasa en cualquier país. Para combatirlo y darle visibilidad a estos temas de justicia social, se ha creado un movimiento social llamado #BreakFreeFromPlastic, que está formado por miles de organizaciones de todo el mundo que se han unido para crear resistencia sobre el sistema. Cada vez más están poniendo énfasis en cómo comunidades que están ya históricamente marginadas, como la comunidades negra y latinoamericana y comunidades indígenas y locales, les quitan sus tierras para poner vertederos ahí y cómo esto les está afectando profundamente tanto en su salud como en su economía.

El impacto que tiene el plástico en los grupos sociales hasta ahora no se había estudiado, pero es impresionante. Por ejemplo, en Indonesia la calidad de vida de muchísimas comunidades ha cambiado radicalmente en los últimos tres años. Personas que antes eran granjeros o agricultores, ahora ya no producen y se dedican a reciclar plástico. Crean instalaciones informales de reciclaje. Entonces la dinámica de todo un pueblo o de muchas ciudades ha cambiado completamente en los últimos dos años. Y todo esto es debido a la falta de gestión de residuos de los países ricos, que no nos auto gestionamos, solo exportamos nuestro problema a otros países donde sabemos conscientemente que no tienen los recursos adecuados para gestionar y lidiar con el reciclaje. Pero nos tapamos los ojos y continuamos haciéndolo.

Con el plástico, como con tantas cosas que afectan al medioambiente, y a la vez están sometidas a importantes intereses económicos, se genera mucha información, en numerosas ocasiones confusa o contradictoria, ¿cómo crees que podemos ayudar al gran público a que entienda de una manera sencilla y global el problema?

Tenemos que comunicar de una manera efectiva que este es un problema que tiene muchas facetas. Y, por tanto, las soluciones también deben ser multifacéticas. Estas diferentes y variadas soluciones se tienen que dar todas a la vez para que pueda haber un cambio real.

Se nos dice que la culpa es de los consumidores porque no sabemos tirar nuestros residuos al contenedor correcto. Esto tiene parte de verdad, pero también lo hace es poner el foco de atención en una sola cosa, la cual no va a resolver el problema. Para solucionarlo, lo que tenemos que hacer es mirar qué es lo que está causando ese problema: que se está produciendo mucho plástico virgen y que los productos no están diseñados para que se puedan reciclar. Por tanto, el reciclaje no se puede llevar a cabo por varias razones, y una de ellas es el diseño de los productos plástico que no permite su reciclaje de manera “fácil”. Y la segunda es que consumimos, producimos y consumimos tanto plástico que es imposible que todo se pueda llegar a reciclar, porque es que estamos produciendo y consumiendo en exceso, y, en consecuencia, estamos generando residuo en exceso.

Solemos hablar de que plástico como una sola cosa, pero hay decenas de plásticos diferentes y no todos se pueden reciclar juntos. Cada color tiene que ser reciclado de manera individual. Por tanto, cada tipo de plástico y de cada color específico tienen que reciclarse juntos, porque sino la mezcla de colores que sale no es atractiva. Y entonces, si no es atractivo no se puede utilizar y aportar un valor económico para la industria. Es muy complejo.

Pero lo importante es que todos tenemos un rol que jugar en cómo mejorar la situación. Debe haber una legislación a nivel internacional, ya que, de alguna manera, todo el mundo tiene que colaborar.

¿Qué podemos cada uno de nosotros? Creo que en España es muy fácil y es ir y contribuir con el comercio local, como la frutería o carnicería local. Es destacable porque dónde yo vivo, en Estocolmo, este tipo de comercio ya no es común encontrarlo, todo son grandes empresas que traen todo empaquetado en plástico a la unidad (un pimiento, un pepino, etc). Sin embargo, cuando vengo a España, el comercio local aún está ahí, por todos lados. Y comprar local tiene un doble beneficio. Primero, estamos ayudando al comercio local, que es nuestro vecino/a, y que su ganancia va a terminar reportando nosotros. Y segundo, no estamos consumiendo plástico de un solo uso y estamos reduciendo la cantidad de plástico que no va a poder ser reciclado.

Y ante este panorama, has presentado recientemente en Ginebra un documento en el que eres co-autora , “Inventario de iniciativas globales y regionales sobre residuos plásticos”. ¿Cuál es la efectividad real y qué limitaciones tienen la mayoría de estas iniciativas?

Es muy difícil decir si son efectivas o no, pero sí puedo decir que casi todas estas iniciativas decían que lo que querían era educar, limpiar o mejorar la gestión de residuos a través del reciclaje. Pero realmente no decían cómo lo iban a hacer. Casi todas las iniciativas se centran en lo mismo: en la última fase del ciclo de vida del plástico. Si solo centramos todos nuestros esfuerzos en solucionar la última parte del ciclo, en los impactos finales de la contaminación del plástico, vamos a estar obviando a que/quien está creando el impacto, a cómo se está creando el impacto, a cómo podemos conseguir que no se cree ese impacto.

Es decir, si nos fijamos todos en la última fase del ciclo de vida del plástico. No estamos poniendo atención a lo que es realmente importante y a lo que realmente va a producir un cambio. Se trata de la primera fase de vida del ciclo de plástico: que es quién lo produce, cómo se produce, qué diseño tiene…

En definitiva, la mayoría de estas iniciativas se centraban en educar y reciclar, pero después no decían cómo podían atacar el principal problema.

Break Free From Plastic

Hemos hecho un pequeño repaso que nos ha servido para ver las enormes dimensiones del problema de los plásticos. Ahora, abre tu imaginación y acepta este reto: eres la responsable de dirigir acciones internacionales para solucionar este problema. ¿Cuáles serían tus propuestas clave?

El movimiento Break Free From Plastic, y otros compañaros/as academicos está haciendo tantísimas cosas. No creo que tenga que ser muy imaginativa sino decir lo que ya se está haciendo.:

  1. Como objetivo número uno de las cosas que se están están haciendo: Controlar y minimizar la producción de plástico. Intentar poner un techo a la producción de plástico 0 minimizarlo de la mejor en todo lo que se pueda.
  2. El segundo objetivo es asegurar que la producción de nuevos productos plásticos se atienda a un marco dentro del Economía Circular real. Esto es hacer que todo aquello que produzca siga teniendo una vida útil. No infinita, pero sí muy larga. Que se pueda volver a utilizar y que tenga diferentes tipos de uso, no solamente para una cosa.
  3.  Y el tercer objetivo es que aquellas zonas que ya están contaminadas por el plástico puedan ser gestionadas de verdad, de forma profesional y no de manera voluntaria.

Estos tres objetivos (publicados originalmente en el trabajo de Niel Simon y compañeros/as el pasado Junio) que son los principales en los que casi todo el mundo confluye esté bajo el paraguas de una nueva política internacional que sea legalmente vinculante. Esta política internacional que se está proponiendo incluye temas como la justicia ambiental. Es una forma de hacer que los productores de plástico sean responsables de lo que están produciendo.

Sería muy importante que cada país se encargue de la propia gestión de los residuos que producen. En ese momento, sí que se va a producir un cambio real. Cuando cada país deje de exportar su contaminación plástica y tenga que gestionarlo internamente.

Como sabemos que la política suele llegar siempre más tarde que la gente, ¿cómo podemos ayudar a la ciudadanía a consumir de una forma más sostenible, reduciendo su consumo de plásticos de un solo uso, teniendo en cuenta nuestro estilo de vida acelerado y las dificultades que se encuentra el consumidor en el punto de venta?

Repetir un poco lo que he dicho anteriormente: consumir más en comercio local, especialmente en carnicería y frutería. Por otra parte, si cada uno de nosotros llevásemos nuestras bolsas, no se tendría que utilizar bolsas de plástico de un solo uso.

Otra cosa importante creo que sería el repensar si necesitamos realmente esto que estoy utilizando. Sé que es difícil porque tenemos vidas muy complicadas, trabajamos mucho, el alto ritmo de vida, etc. Pero son actos como el que decía de las bolsas reutilizable que se pliegan y no ocupan casi espacio; o si necesitamos una pajita para beber una Coca-Cola, etc. Muchos actos que ya lo hacíamos hace 20 años. Simplemente nos hemos acostumbrado a lo fácil. Podemos mirar hacia atrás, pero sabiendo todo lo que sabemos ahora. ¿Realmente necesitamos todo el plástico de un solo uso que utilizamos? Está claro que no.

Clickoala es un buscador de productos y servicios sostenibles que cuentan con el aval de certificaciones ecosociales recomendados por expertos universitarios. Nos gustaría preguntarte si nos puedes recomendar algún sello que te dé confianza. Y, por el contrario, ¿alguno que no te convenza?

Como llevo 10 años viviendo en Suecia, no conozco mucho los sellos que hay en España. De todas formas, en Suecia tenemos uno que supuestamente es el que mejor eficiencia en cuanto a sostenibilidad y que, además, está muy bien valorado. Se trata de KRAV. Si nos atenemos a causas sociales recomendaría el de Fair Trade de Comercio Justo.

Por el otro lado, uno que no me termina de convencer mucho es el de Rainforest Alliance. Es cierto que hoy en día no sigo mucho la información sobre sellos, pero hablando con compañeros de trabajo y de la universidad, me transmiten que no les ofrece mucha confianza.

Tenemos una costumbre que es la de pedir al entrevistado que nos recomiende a un experto en sostenibilidad y consumo responsable y que le haga la primera pregunta. ¿A quién nos recomendarías?

Yo recomendaría La Huella de la alpargata, que son una pareja malagueña joven. Cristina y yo estudiamos juntas en la Universidad de Málaga, empezamos juntas la aventura en la que estamos. Tienen un blog súper chulo y un Instagram. Explican todo lo relacionado con la sostenibilidad de manera muy divertida. Creo que la comunicación que hacen es muy buena y hacen muchas cosas. Me gustaría preguntarles: ¿Qué significa la huella de la alpargata y por qué es importante cuando hablamos de sostenibilidad y sostenibilidad social?

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