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Cuando empezamos a escribir este artículo teníamos una fecha clara: el 4 de abril. Era la fecha elegida por el tribunal hondureño para la lectura de la sentencia contra David Castillo, acusado del asesinato de la ambientalista Berta Cáceres. Sin embargo, se ha reprogramado para el 18 de mayo. De todas maneras, no queríamos dejar la oportunidad de repasar su vida.

Su historia es conocida por muchas personas, pero quizás no por las suficientes. El ejemplo de Berta Cáceres traspasó fronteras y generaciones. Berta fue y sigue siendo un modelo de entereza y de lucha para aquellos que no tienen voz: el planeta, la población indígena y las mujeres. Se podría decir, en realidad, que se trata de una misma lucha. Una lucha que le costó la vida. Por eso, tanto para aquellas personas que conocieron su ejemplo, como para los que no, merece la pena repasar su ejemplo de vida.

A lo largo de este artículo iremos intercalando citas de Berta. Unas palabras que todavía hoy resuenan en la conciencia de cualquiera con un mínimo de empatía y sentido común.

“Mientras tengamos capitalismo este planeta no se va a salvar, porque el capitalismo es contrario a la vida, a la ecología, al ser humano, a las mujeres”

Berta siempre demostró una capacidad de lucha encomiable y llena de valentía… hasta su muerte. Hay que tener en cuenta que la defensa de los derechos de las personas y del medioambiente es una tarea mucho más peligrosa de lo que cabría imaginar. Tanto es así que entre 2015 y 2019, fueron asesinados 1.323 activistas, en al menos 64 países.

Lucha por el planeta y la comunidad indígena

Su activismo empezó cuando apenas contaba con 22 años. Berta fue cofundadora y coordinadora general del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH), cuyo objetivo consistía en la defensa del medio ambiente, el rescate de la cultura lenca de las condiciones de vida de la población de la región.

El pueblo Lenca es uno de los siete pueblos indígenas de Honduras. Su población está repartida en cinco regiones del país que se caracterizan por tener altos índices de pobreza y desigualdad, según indica el Fondo para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (Fondo ODS).

“En este país impune, responsable de graves violaciones de derechos humanos, los que luchamos por la tierra, por el agua, por el agua, por el territorio para la vida, para que no caiga en manos privadas y sea destruido, ponemos la vida en riesgo”

En su defensa de los derechos del pueblo indígena Lenca, una de sus batallas fue oponerse a la construcción de la represa hidroeléctrica Agua Zarca de DESA en el río Gualcarque, un lugar sagrado y vital para estas comunidades nativas. Esta lucha liderada por Berta ha provocado a lo largo de los años la persecución de la comunidad lenca, hasta el punto que incluso tuvieron que abandonar sus territorios, además de ser agredidos e incluso asesinados impunemente.

Proyecto hidroeléctrico Agua Zarca

La clave para entender la lucha de Berta frente al Proyecto Hidroeléctrico Agua Zarca está en que según el derecho internacional, los pueblos indígenas deben ser consultados antes de la toma de decisiones en cualquier proyecto que pueda tener una gran impacto en el modo de vida tradicional.

Sin embargo, una empresa transnacional en la que formaba parte DESA quería construir cuatro presas hidroeléctrica en el río Gualcarque sin tenerles en cuenta. Un hecho que evitaría el acceso al agua, a los alimentos y a los recursos naturales a la comunidad lenca. Todas las objeciones y reclamaciones que interpusieron fueron totalmente obviadas, por lo que se pusieron en acción.

Así, en el año 2013 los activistas impidieron el acceso a las obras a los trabajadores del proyecto. ¿La respuesta? Una acción militar en la que hirieron y mataron a activistas. Durante el 2014 hubo un total de 116 activistas medioambientales muertos por agentes de policía o por sicarios.

A pesar de ello, y gracias a la valentía de Berta y el resto de activistas consiguieron que tanto los accionistas chinos como afiliados al Banco Mundial retirasen su apoyo económico al proyecto hidroeléctrico. Sin embargo, los responsables hondureños del proyecto no lo iban a olvidar, ni perdonar.

Asesinato de Berta

A la hora de escribir este artículo, dudábamos en tratar el tema de su asesinato o no. Sin embargo, creemos que es la mejor forma de homenajear a una mujer tan valiente como Berta Cáceres. Hay que tener en cuenta que Berta sufrió una persecución constante durante años, que obligó a parte de su familia a abandonar Honduras durante varios meses y a ella misma a dormir cada noche en un lugar diferente para evitar un posible secuestro. Según denuncia de Amnistía Internacional, Berta ya había denunciado muchas amenazas de muerte sobre su persona y familia, y contaba con medidas cautelares de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“Dar la vida por la defensa de los ríos, es dar la vida por el bien de la humanidad y de este planeta”

El asesinato ocurrió cerca de la madrugada del 3 de marzo de 2016, cuando unos individuos entraron en la casa de Berta forzando las puertas. En la casa también estaba el ambientalista mexicano Gustavo Castro. Los asesinos dispararon a ambos. Mataron a Berta e hirieron a Castro, quien se hizo el muerto para salvar la vida.

En un primer momento, la policía local valoró este crimen como consecuencia de un robo. Sin embargo, la familia de Berta Cáceres y su relevancia internacional hicieron que se solicitase una comisión de investigación independiente e internacional. Finalmente, las autoridades se vieron empujadas a admitir que Berta fue asesinada por su lucha como activista medioambiental, y que no se trató de un crimen de “delito común”.

En julio de 2021, Roberto David Castillo Mejía, un ex directivo de la empresa hidroeléctrica Empresa Desarrollos Energéticos S.A (DESA), fue condenado como coautor intelectual del asesinato. Hubo nada menos que 62 pruebas que acreditaron su vínculo con los autores materiales del crimen. Roberto Castillo fue la octava persona condenada, tras las siete juzgadas en el año 2018: tres sicarios y cuatro personas vinculadas a DESA y al ejército.

Su legado

Berta Cáceres se ha convertido en un referente para los activistas ambientalistas y defensores de las comunidades indígenas. No en vano, en 2014, Cáceres fue finalista del Premio Front Line Defenders 2014 y en 2015 recibió el Premio Ambiental de Goldman, que honra a los «héroes medioambientales de la comunidad» y sus esfuerzos para proteger y mejorar el medio ambiente, a menudo a expensas de su propia seguridad.

Han pasado 6 años de su asesinato, y su ejemplo sigue muy presente para las nuevas generaciones. Y es que nadie puede matar su lucha. Pero mejor que lo explique sus propias palabras:

“Vos tenés la bala… Yo la palabra… La bala muere al detonarse… La palabra vive al replicarse”

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