En algunas ocasiones, hay respuestas a preguntas que invitan a la autocrítica y la reflexión. Y este caso que nos ocupa es un ejemplo de ello. En la 5ª ola del Estudio sobre el Consumo Sostenible en España, elaborado por ClicKoala en colaboración con el Grupo de Investigación en Psicología Ambiental de la Universidad de Castilla – La Mancha, se ha logrado extraer datos que reflejan un descenso de la credibilidad de los sellos ecológicos.
Uno de los aspectos del estudio que invita a la reflexión es que esta pérdida de confianza de los españoles en las certificaciones ecológicas no es algo puntual, sino que es el quinto año consecutivo en el que sucede. Concretamente, se ha pasado del 55% de confianza en el 2019 al 46% del año 2024. Una caída de 9 puntos.
Se ha pasado del 55% de confianza en el 2019 al 46% del año 2024
Por el contrario, lo que sí ha aumentado es la desconfianza que los españoles tienen de los sellos ecológicos. Si hace cinco años apenas representaba el 3%, en la actualidad ya alcanza el 11%.
¿Por qué sucede esta desconfianza hacia los sellos ecológicos?
Antes que nada, es necesario explicar la naturaleza del Estudio. En la edición de este año, se ha entrevistado a más de 12.000 personas representativas de la población española durante los últimos cinco años. Y en cuanto al contenido: se ha analizado cerca de cincuenta etiquetas ecosociales comunes.
Uno de los resultados más sorprendentes es que solo una de estas etiquetas, la etiqueta energética, es reconocida por más del 50% de la población.
Pero sigamos con el análisis, ya que hay claves que explican esta falta de confianza de los españoles respecto al valor que aportan estos certificados. Muchos de estos sellos utilizan términos genéricos como “ecológico,” “bio,” “natural,” y “comercio justo,” pero la ciudadanía no conoce detalles específicos sobre ellos. Además, algunas etiquetas se interpretan incorrectamente, atribuyéndoles significados y propiedades erróneas.
En este sentido, hay que tener en cuenta que expresiones como “ecológico” o “sostenible” han sufrido un importante desgaste debido a su uso excesivo y, en muchos casos, injustificado. Esto ha generado una percepción de menor claridad y confianza entre los consumidores.
El precio: un factor determinante
Como en anteriores estudios, se pudo comprobar que el precio sigue siendo un factor clave en las decisiones de compra. ¿Cuánta importancia? Pues dependiendo del sector analizado, el precio tiene un peso en la decisión de compra entre el 39% y el 47%. Esto tiene una importancia capital como veremos a continuación.
La realidad es algo que ya hemos analizado anteriormente: la brecha entre la intención de consumo sostenible y la acción y este último estudio confirma esta tendencia. Si bien, la gran mayoría de los ciudadanos tienen una preferencia por los productos sostenibles, ya que el 72% de los encuestados afirman que las certificaciones ecosociales influyen positivamente en sus compras.
Pero los datos sobre hábitos de consumo sostenible continúan siendo minoritarios y no ha tenido un crecimiento destacable en los últimos años. Este fenómeno se explica en gran parte por la persistencia de barreras como el precio y la creciente desconfianza en la veracidad de la información ecosocial.
Posibles soluciones para fomentar el consumo consciente
Una situación enquistada como la actual, requiere una acción en muchos ámbitos. Y una de ellas es la legislativa. Por eso, hay una gran oportunidad con la nueva legislación de la Unión Europea, que restringe el uso de términos genéricos como “sostenible” o “ecológico” y exige verificaciones científicas, ofrece una oportunidad para restaurar la confianza del consumidor.
El reto consiste en hacer comprensible para el ciudadano pasar de conceptos más generales como sostenible o eco, a otros más específicos “compensamos el 25% del agua utilizada” o “compostable en compostadora industrial en 6 meses”.
Sin embargo, esta mejora en la información no sería suficiente. El estudio concluye que es esencial crear un entorno donde la información ecosocial sea clara y accesible. La colaboración entre la ciencia, las empresas y la ciudadanía es crucial para construir un “triángulo virtuoso” que facilite el consumo consciente.
Si quieres conocer más sobre el Estudio, hemos creado un informe-resumen puedes descargártelo aquí ->(INFORME)<-