Nacho Dean
NACHO DEAN es Naturalista, Aventurero Profesional y Divulgador. La 1ª persona en la historia en haber dado la vuelta al mundo caminando y haber unido nadando los 5 continentes. Autor de los libros “Libre y Salvaje” (Ed. Planeta 2017) y “La llamada del océano” (Ed. Planeta 2020). En 2014 fue Finalista de los Discovery Awards, en 2015 fue nominado a los Premios Princesa de Asturias, en 2016 recibió la Medalla de la Ciudad de Málaga, y en 2019 recibió el Premio Talentia a la Cultura y el Deporte.
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Acaba de publicarse tu nuevo libro: La llamada del océano. Para aquellos que no conozcan de qué se trata. ¿Podrías explicarles a nuestros lectores qué pueden encontrar en sus páginas?
“La llamada del oceano” narra la expedición que me llevó a unir nadando los 5 continentes para lanzar un mensaje de conservación de los océanos (Expedición Nemo). Las travesías que realicé nadando son:
- Estrecho de Gibraltar, uniendo Europa y África.
- Travesía Meis-Kas uniendo Europa con Asia.
- Estrecho de Bering, uniendo Asia con América.
- Mar de Bismarck, conectando Asia con Oceanía.
- Golfo de Áqaba, uniendo África y Asia.
Es un libro de aventuras donde el verdadero protagonista son los océanos, las culturas de los lugares tan remotos y apasionantes que visitamos, y el viaje interior lleno de motivación y valores que supone embarcarse en una expedición así. En su interior podrán encontrar fotografías, mapas, fragmentos de mis diarios…
¿Cómo se te ocurrió la idea de una vez logrado la gesta de dar la vuelta al mundo caminando, unir los 5 continentes a nado?
Durante la expedición que me llevó a dar la vuelta al mundo caminando para documentar el cambio climático, fui testigo con mis propios ojos de la cantidad de basura y plásticos que hay inundando las playas y litorales de todo el planeta, y comencé a sentir por aquel entonces la necesidad de embarcarme en una nueva expedición para llamar la atención sobre la degradación de nuestros mares y océanos.
Vivimos en un planeta donde más del 70% de la superficie es agua, sin embargo, el mar es el gran olvidado, hasta el punto que ocupando ¾ partes del planeta llamamos Tierra a lo que debería ser planeta Agua. Había dado la vuelta al mundo caminando, pero tenía una deuda pendiente con los océanos. Así nacía la Expedición Nemo.
Dentro del mar, ¿la situación que te encontraste nadando es tan mala como cuando viste tanta basura en las playas?
Dentro del mar la situación es peor todavía, es alarmante. Por ejemplo, fuimos testigos del blanqueamiento de los corales como consecuencia de la acidificación de los océanos en los arrecifes de Australia e Indonesia. Me ha llamado también la atención lo esquilmados que están, la alarmante pérdida de biodiversidad como consecuencia de la sobre explotación pesquera. Y, por supuesto, también vimos fondos llenos de basura, botellas, neumáticos, cascos de moto…los plásticos que hay en la superficie del mar y las playas son una mínima parte ya que la inmensa mayoría se hunden yendo a parar a las profundidades marinas.
En tu última hazaña nadando, cambiaste las charlas en escuelas y universidades por limpieza de playas. ¿Cuál de las dos experiencias crees que aportan más a la educación ambiental y la concienciación de la sociedad?
Durante la vuelta al mundo caminando la labor predominante de concienciación fueron las charlas, si bien durante la Expedición Nemo, además de dar charlas, también hicimos batidas de limpieza de playas. Las segundas son más efectivas, pues las palabras se ven reforzadas con acciones y las personas pueden ver con sus propios ojos los niveles de contaminación y las consecuencias de sus acciones. Sin embargo, la limpieza de las playas es una acción paliativa, lo que realmente tenemos que conseguir es que las empresas y los gobiernos se impliquen en la conservación ya que sus acciones tienen un impacto exponencial.
Mientras recorrías el mundo caminando, sociabilizabas con la población. ¿Cómo afrontaste ese reto de nadar tantos kilómetros solo y sin poder comunicarte con otros?
Si es cierto que durante las travesías nadando apenas hablaba con nadie, salvo con mi equipo en las embarcaciones de apoyo, pero durante todos los días que preceden y siguen a la travesía hablas con mucha gente local. Las travesías nadando se podrían asemejar más bien a las travesías caminando por el desierto, larguísimas jornadas durante semanas sin ver ni hablar con nadie, salvo conmigo mismo. Nadar es como caminar pero en el agua, es un movimiento muy repetitivo que te lleva a una especie de meditación. Estás en el aquí y el ahora, pensando en la brazada que estás dando, y la siguiente, que sea lo más eficiente posible, la posición del cuerpo, las sensaciones. Después de tantas horas nadando, piensas en muchas otras cosas, te acuerdas de los tuyos, pones a prueba tus convicciones, la razón por la que te has embarcado en la expedición, lo que harás cuando termines…
En la EARTHWIDEWALK explicaste que sufriste mucho al ver niños de la India buscar entre la basura para sobrevivir ¿Ese fue el peor momento que viviste en tus viajes?
Tanto durante la vuelta al mundo caminando como en la Expedición Nemo vives momentos difíciles cuando eres testigo de la miseria, el hambre y la enfermedad en que viven algunos países, o cuando ves la contaminación y la destrucción del planeta. Pero, sin duda, los momentos más difíciles fueron aquellos en los que puse la vida en juego: presencié un atentado terrorista en Bangladesh, estuve a punto de acabar en prisión acusado de espionaje en la frontera de Armenia e Irán por culpa de unas fotos, contraje la fiebre chikungunya en Chiapas. Sin embargo, el momento más complicado lo viví en México, cuando varios tipos armados con machetes me intentaron asaltar y me persiguieron corriendo durante varios kilómetros.
¿Cómo se lleva ser la primera persona en la historia en dar la vuelta al mundo caminando y unir nadando los 5 continentes?
Con la satisfacción del trabajo bien hecho, saber que estás abriendo camino y por una causa tan hermosa y necesaria como la conservación del Planeta. Con orgullo por ser referente y servir de inspiración, consciente de la responsabilidad y la oportunidad que nos brinda la vida de poder provocar un impacto positivo. Y al final y después de todo, con normalidad, porque yo me veo todos los días en el espejo y me considero una persona de carne y hueso, como todas los demás.
Sientes el planeta como un inmenso ser vivo del que formamos parte y en el que todo está conectado
Gracias a tus gestas, podemos decir que tienes una visión en primera persona del estado del medioambiente del planeta. ¿Cuál es tu diagnóstico?
Sin duda, dar la vuelta al mundo caminando y unir nadando los 5 continentes te da una visión global, no solo desde el punto medioambiental, sino histórico, antropológico, político, geográfico…del mundo. Uno de los aprendizajes es que el planeta no es tan grande, yo lo he recorrido con mis pies, lo he visto con mis ojos, sé lo que cuesta llegar hasta Australia caminando y regresar por el otro lado del planeta, es un aprendizaje basado en la propia experiencia, y puedo decir que no es tan grande, razón de más para cuidarlo. Vas rebasando meridianos, y sientes el planeta como un inmenso ser vivo del que formamos parte y en el que todo está conectado. He visto que vivimos en un hermoso planeta muy castigado por la acción humana, y que urge cuidar. A pesar del poder regenerador de la naturaleza, lo cual es esperanzador, mi diagnóstico es: grave.
Clickoala ofrece visibilidad a las empresas que se preocupan por cuidar el medioambiente y las personas en su día a día. ¿Crees que el consumo responsable es uno de los caminos hacia la sostenibilidad?
Por supuesto, de hecho creo que es uno de los pilares esenciales, junto con el empleo de fuentes de energía renovables alternativas a los combustibles fósiles, y un modelo de economía sostenible. Vivimos en una economía y una cultura eminentemente materialista, basada en el consumismo, que explota los recursos del planeta por encima de sus posibilidades. Eso se traduce en “deuda ecológica”: erosión de los suelos, contaminación del aire, deforestación, una alarmante pérdida de biodiversidad…Por ello, creo que una producción sostenible y un consumo responsable son esenciales.
¿Tienes confianza en algún sello ecosocial? Y, por el contrario, ¿alguno del que no te fíes?
Me fío del Sello Azul de la organización Marine Stewardship Council que certifica aquellas pesquerías que emplean unas prácticas de pesca sostenible que garantiza la calidad de los ecosistemas marinos y la continuidad de las especies marinas. Me fío también del Forest Stewardship Council. Y desconfío, por lo general, de aquellas empresas que se suman al greenwashing cuando, en realidad, es mayor el daño que causan al medioambiente.
Nos gustaría mucho que nos recomiendes a alguien que consideres puede aportar conocimientos sobre consumo responsable. ¿Y qué le preguntarías?
Mario Picazo, o Samuel Martín-Sosa de Ecologistas en Acción. ¿Qué hábitos de consumo responsable llevan ellos en su día a día?