La sostenibilidad, la ética con el planeta y las personas, y la preocupación por el medioambiente, son metas que pueden verse influidas por las decisiones que tomemos en todos los aspectos de la vida. Por ejemplo, a través del consumo responsable que proponemos en Clickoala. No solo en el hecho de comprar, sino también en la elección de unos determinados servicios cotidianos para el ciudadano. En este caso, vamos a hablar de los servicios financieros. Por eso, os vamos a explicar una forma diferente de entender lo que es un banco. Vamos a analizar la banca ética, opiniones aparte, y las ventajas que ofrece.
La Banca ética no es más que un ejemplo lógico de la consolidación de algunos conceptos financieros y económicos que han puesto en tela de juicio la actual visión consumista de la economía. Nos referimos, por ejemplo, a la economía circular como contraposición a la economía lineal, y a la economía del bien común. La banca ética es otro elemento que rompe con la dictadura de la búsqueda del máximo beneficio sin matices.
Antes de explicar con más detalle en qué consiste, es importante valorar positivamente que el ciudadano tiene más alternativas para hacer las cosas de una forma más sostenible. Como ya dijimos hace un tiempo, todos podemos hacer gestos cotidianos para luchar contras los problemas del medio ambiente.
No hace demasiado tiempo (2008) se produjo una crisis económica brutal que puso en jaque la mayoría de países. Uno de ellos fue España. Mientras que se agravaron problemas sociales estructurales como el paro, la alimentación precaria y se inició un alud de desahucios, el gobierno de entonces realizó un rescate financiero a los bancos. Esto tuvo consecuencias negativas en la percepción que tenía el ciudadano de las entidades bancarias. Además, se habían denunciado prácticas no éticas de ventas de productos financieros de alto riesgo aprovechando la cercanía que tenían con sus clientes (en muchos casos, personas mayores).
Todo ello permitió la consolidación definitiva de la banca ética no solo en España sino en otros países. Otra forma de entender la banca es posible, aunque como es lógico tiene la banca ética opiniones adversas que debe superar. No por ellas, sino por el sector del que provienen.
Origen de la banca ética
Según algunas fuentes el origen de la banca ética está en algunas comunidades religiosas de Estados Unidos del siglo XIX que quitaron sus ahorros de entidades que apoyaban actividades con las que estaban en contra, como la esclavitud.
Sin embargo, la mayoría de fuentes sitúan su origen mucho más cercano a la actualidad. De nuevo en Estados Unidos. Concretamente en los años sesenta, en una época en la en ese país varios colectivos de ONG’s, activistas y asociaciones empezaron a protestar entre otros por la Guerra de Vietnam o el régimen del Apartheid de Sudáfrica.
Estas protestas implicaron una reflexión profunda acerca de cómo se estaba gestionando el dinero que ellos habían depositado en bancos. Descubrieron que ese dinero estaba financiando este tipo de atrocidades y conflictos bélicos en todo el mundo. Llegó el momento de preguntarse: ¿Qué hacen los bancos con mi dinero? ¿A quién le prestan el dinero y con qué fin? Años más tarde, en 1971 nació el Pax World Fund, el primer fondo ético en el que se excluía todas las empresas que tuvieran relación con la industria armamentística.
En paralelo, también por esa época pero en el otro lado del Atlántico, concretamente en Holanda también hubo un paso fundamental: se creó la Fundación Triodos en 1971. Aunque fue en 1968 cuando empezó a germinar este proceso, a través de un grupo de estudio en el que se preguntaba por una nueva forma de gestionar el dinero, más consciente, ética y sostenible.
Fueron 4 profesionales de diferentes especialidades (un economista, un profesor de derecho fiscal, un consultor de empresas y un banquero), quienes estuvieron implicados en esta faceta. Buscaban que el dinero pudiera tener un cambio positivo para la sociedad. Así surgió el Triodos Bank, uno de los primeros bancos en invertir en energías renovables; poco tiempo más tarde, en 1974, en Alemania nació el GLS Bank, que se dedicó a otorgar créditos únicamente a negocios sostenibles.
Esta innovadora idea de entender la banca, se propagó por todo el mundo. En la actualidad, hay muchas entidades bancarias que siguen los criterios fundacionales e incluso existe la Alianza Global para una Banca con Valores, una organización formada por 54 bancos éticos y sostenibles de todo el mundo cuyo objetivo es la de promover un sistema financiero pensando en las necesidades humanas y de la economía real.
¿Qué es la banca ética?
La banca ética es un tipo de entidad financiera que sitúa a las personas en el centro de sus operaciones y teniendo en cuenta el impacto que tienen sus actividades en el medioambiente. La banca ética actúa como cualquier otra y capta fondos de ahorro e inversión y a la vez concede financiación. Sin embargo, aquí hay un matiz, ya que ofrece financiación a entidades, proyectos y organizaciones que contribuyen a la calidad de vida de las personas y el planeta.
El funcionamiento de la banca ética se rige por tres pilares fundamentales:
- Trabajan con criterios éticos de inversión, o sea definen en qué van a invertir y en qué no pensando primero en cómo beneficiar a las personas y al planeta y luego en las ganancias económicas que se puedan obtener
- La transparencia total, lo que significa que asuman el deber de informar a sus clientes cómo se está usando y a quienes está sirviendo el dinero que confiaron al banco
- Las personas que trabajan en la banca ética no reciben bonos o comisiones que los incentiven a endeudar a las personas
Por supuesto, estos tres pilares en los que basan su actividades no significa que dejen de buscar la rentabilidad a sus accionistas, ya que con ese dinero logran financiar proyectos que quieren hacer un mundo más sostenible y justo.
Cuando se habla de banca ética, opiniones adversas o, como mínimo, escépticas surgen automáticamente. Algunas opiniones de la banca ética ponían en duda la rentabilidad de la banca ética. Sin embargo, en un informe presentado ante el Parlamento Europeo se mostraron unas cifras que desmienten categóricamente esta idea.
Se comparó la rentabilidad en los últimos 10 años de los 23 bancos éticos europeos con los 15 bancos de mayor relevancia global con sede europea. La comparativa es la siguiente: mientras que las entidades pertenecientes a la banca ética lograron una rentabilidad media anual del 3’98%, los bancos normales se quedaron en un 1’23%.
De esta forma, el consumo responsable en los servicios financieros no únicamente es posible sino que ofrece un doble beneficio: para la justicia social y medioambiental, y también para el bolsillo. Sin embargo, tras el pasado reciente tienen un reto mayúsculo la banca ética: opiniones adversas transformarlas en positivas.