Uno de los principales enemigos que tiene la lucha contra el cambio climático es la sensación de que todavía sobra mucho tiempo para cambiar nuestros hábitos y forma de vivir. Seguimos manteniendo muchas costumbres poco sostenibles mientras, en paralelo, leemos apocalípticos mensajes sobre los efectos de la crisis climática en un futuro… ¿En un futuro? Claro que no, la realidad es que sus efectos ya son palpables. Un elemento que puede sumar al necesario cambio de esta despreocupación es conocer bien qué es la huella de carbono, cómo medirla y cómo disminuirla.
Si logramos hacer más visibles conceptos vitales como la huella de carbono, la sociedad puede ser más consciente del efecto que tienen sus actividades en el medioambiente y en el planeta. No es cuestión de ser alarmistas, pero al igual que se han hecho avances (todavía muy insuficientes) en el uso de plásticos, se puede hacer mucho más para mostrar las repercusiones medioambientales que tienen nuestras elecciones cotidianas en nuestro modo de vivir.
Qué es la huella de carbono
Vamos a explicar bien este concepto que con el paso de los años ya se ha convertido en un término empleado de forma generalizada, aunque no siempre se conoce correctamente su significado.
La huella de carbono representa el volumen total de gases de efecto invernadero (GEI) que producen las actividades económicas y cotidianas del ser humano. Se expresa en toneladas de CO2 emitidas. Como hemos indicado antes, cuando un ciudadano o empresa conoce el dato, es mucho más fácil que se empiece a tomar medidas para lograr reducir esta nociva emisión de gases para el planeta y la vida.
Conviene, en este sentido, señalar que es el dióxido de carbono el GEI con un impacto más penetrante, ya que permanece en la atmósfera durante cientos de años y, en los océanos, todavía más. Los siguientes gases de efecto invernadero con un mayor impacto sobre el medio ambiente son el metano y el óxido nitroso. Detallamos algunos datos para ver su alcance:
- El CO2 ha contribuido con el 80% al incremento del forzamiento radiativo, según datos de la La Organización Meteorológica Mundial (OMM).
- Desde 1990 hasta 2019, estos GEI han provocado un aumento del 43% en el forzamiento radiativo total
Recordemos que el forzamiento radiativo total es la diferencia entre la radiación solar que absorbe la Tierra y la que libera de vuelta a la atmósfera que, a su vez, eleva las temperaturas de los climas terrestres.
Calcular huella de carbono
Hay muchas opciones para poder calcular la huella de carbono. En este sentido, es muy recomendable la recopilación que han realizado Teachers for Future, un colectivo de docentes preocupados por el cambio climático. Un colectivo totalmente necesario y del que pudimos entrevistar a Miriam Campos Leirós.
De todas las opciones, nos gusta quedarnos con la que nos propone la ONU. La denominan como la “Calculadora de la ONU para medir la huella de carbono”. Más claro, el agua. Y está divida en tres pestañas: Hogar, Transporte y Estilo de vida.
Queremos repasar los diferentes elementos que componen esta herramienta online para calcular nuestra huella de carbono porque es una excelente oportunidad de repasar la variedad de impactos que nuestras actividades cotidianas tienen sobre el medio ambiente. Y muchas veces no los tenemos en cuenta todos.
Hogar
El apartado del hogar lo dividen en dos subapartados. El primero de ellos, es para poner en contexto el lugar dónde vivimos rellenando estos campos:
- Número de personas que viven
- El país
- La superficie del hogar
- El tipo de residencia
El segundo subapartado está relacionado con el consumo de energía de nuestro hogar. Hay que rellenar los siguientes campos:
- Consumo de energía
- Porcentaje de este consumo que proviene de una fuente de energía limpia
- Cuál es la fuente de energía para calefacción
Transporte
El apartado de Transporte también es bastante completa la información que podemos ofrecer para calcular la huella de carbono.
- Tipos de transporte que usamos y el promedio de horas que usa todos los miembros de la familia. Y están las siguientes opciones: Tren interurbano, Metro, Autobús interurbano, Autobús urbano, Tranvía y bicicleta/ a pie
- Si se tiene coche. Hay que elegir de qué tipo: gasolina, diésel, híbrido o eléctrico.
Kilometraje anual y el consumo medio del coche (l/100km) - Si se tiene motocicleta. Hay que elegir de qué tipo: gasolina, o eléctrica.
Kilometraje anual y el consumo medio de la motocicleta (l/100km)
Vuelos: se calcula el número de vuelos de ida y vuelta dependiendo de la distancia: muy larga distancia, larga distancia, distancia media y distancia corta.
Estilo de vida
La tercera pestaña es la de Estilo de vida. Y como en las anteriores, hay que completar una serie de elementos:
- El tipo de comida que se suele servir en casa: la cantidad de carne o si se opta por una dieta vegetariana o vegana.
- Si se prioriza el comercio local
- Si se compra productos y servicios en empresas sostenibles y responsables con el medio ambiente. Este apartado es justo lo que el buscador Clickoala garantiza al 100%. Todos los productos y servicios que podrás encontrar están avalados por certificados ecosociales recomendados por Expertos en sostenibilidad de 42 universidades.
- Cuántas veces a la semana se come fuera de casa.
Y en el último apartado de esta pestaña de Estilo de vida se trata la cuestión del reciclaje de los residuos. Y se tiene que seleccionar qué tipo de residuos se recicla: Comida, Papel, Latas, Plástico y Vidrio
Una vez completados todos estos apartados, se hace click en el botón de Calcular mi huella y te indicará cuál es tu huella de carbono.
También se debe destacar que en la web del Ministerio para la Transición Ecológica se pueden encontrar una serie de herramientas con las que se puede calcular la huella de carbono dependiendo del tipo de organización. Hay una calculadora para organizaciones, para ayuntamientos y para una explotación agrícola.
Para que se mide la huella de carbono
Si te preguntas para qué y por qué medir la huella de carbono la respuesta es sencilla:
La importancia de conocer la huella de carbono se basa en que si sabemos con exactitud la manera en que los GEI que producimos, contribuyen al calentamiento global y aceleran el cambio climático; es lógico que se quiera disminuir. De manera general podemos decir que medir la huella de carbono permite a las personas y organizaciones conocer su impacto medioambiental. Y además conocer cuál es su evolución a partir de la implementación de estrategias destinadas a su reducción.
En el caso de las personas, conociendo qué actividades cotidianas son las que más GEI emiten, podremos cambiarlas por otras alternativas más sostenibles. Más adelante, os pondremos ejemplos específicos de cómo reducir la huella de carbono de forma sencilla.
En el caso de las empresas, cuando se conoce la huella de carbono que tiene cada etapa de proceso productivo, se puede optimizar las etapas con un mayor impacto medioambiental.
Además de la obvia ventaja de reducir la emisión de gases de efecto invernadero, y, por tanto, mejorar la salud del planeta; existe otra ventaja económica que se debe tener en cuenta: si se optimiza el uso eficiente de la energía y de los recursos, se pagará menos tanto en el lado del ciudadano como en el empresarial.
Cómo reducir la huella de carbono
Ya os hemos explicado que las empresas pueden analizar cada etapa del proceso productivo para ver cuáles son las que tienen una mayor huella de carbono. De esta manera, es cuando se pueden implementar estrategias e iniciativas que reduzcan estas emisiones. Pero, ¿y en el caso del ciudadano? Pues se pueden reducir de una forma muy sencilla: cambiando algunos hábitos cotidianos. Os proponemos 5 sencillos hábitos mucho más sostenibles y económicos:
- Olvida electrodomésticos innecesarios: hablamos, por ejemplo, de la secadora de ropa y volver a hacerlo como toda la vida: utilizando los tendederos. Menos consumo energético y ahorramos dinero. Abrelatas eléctricos, sí.. todavía se usan, con lo bien que funcionan los manuales.
- Desconecta los cargadores. ¿Has pensado en la cantidad de cargadores que dejamos enchufados a la red eléctrica sin que se estén usando? Pues tenemos que decirte que aunque no estén cargando, siguen consumiendo energía. Móviles, portátiles, robots limpiadores, etc… Cada vez son más los electrodomésticos de todo tipo que utilizan cargadores.
- Usa las persianas. Sí, puede parecer una obviedad, pero utilizando las persianas tanto en verano como en invierno lograremos un mejor ambiente térmico. Por consiguiente, no tendremos que usar tanto la calefacción o el aire acondicionado.
- Optimiza el uso de la nevera para lo que es. La nevera es un electrodoméstico que está siempre consumiendo. Hagamos que su uso sea lo más eficiente posible: dejemos solo la comida y la bebida, sin bolsas ni envases.
- Camina y usa la bicicleta. El mejor transporte sostenible es el que no usa más combustible que el cuerpo. Olvida la rutina de subirte al coche para ir a lugares cercanos. Date un paseo o utiliza la bici, ahorrarás gasto energético, dinero y ganarás en salud.
¿Qué diferencia tiene con la huella ecológica?
Hace un tiempo os hablamos de la huella ecológica. Os recomendamos que revises el artículo en el que repasamos este concepto que puede parecer muy similar al de la huella de carbono, pero en realidad no lo es. Si la huella de carbono cuantifica la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que liberamos a la atmosfera con las actividades que realizamos, la huella ecológica calcula la cantidad de terreno que se necesitaría para lograr absorber todas las emisiones de CO2.
