Todos tenemos un papel en esta lucha contra el cambio climático. Un problema del que hemos sido culpables aunque de forma inconsciente, en la mayoría de casos. Sin embargo, ya sabemos qué papel hemos tenido y cuál es ahora nuestra responsabilidad. Por eso, cada gesto que hacemos de forma individual se puede multiplicar por millones y entonces sí que son significativos. Uno de estos actos está en nuestra forma de consumir de energía. Y por eso es tan importante tener en cuenta la eficiencia energética de los electrodomésticos en el momento de comprar un nuevo aparato.
Con el paso de los años, los electrodomésticos se han convertido en uno de los elementos clave del consumo responsable de la energía. Nos han hecho los quehaceres de la vida cotidiana más fáciles. Pero eso tiene un coste energético que no podemos obviar. Es por ello que la eficiencia energética de los electrodomésticos es fundamental para no aumentar el gasto energético de nuestro hogar, que tiene consecuencias para el medio ambiente.
En el caso de los hogares españoles, según la OCU, gastan al año 9.922 kilovatios-hora (kWh), que equivalen a 0,85 toneladas de petróleo
Qué es la eficiencia energética de los electrodomésticos
Hemos escuchado muchas veces este concepto, pero, ¿sabemos que significa exactamente la eficiencia energética de los electrodomésticos?
La eficiencia energética de los electrodomésticos es sencillamente lograr la mejor relación posible entre los resultados obtenidos y los recursos gastados para lograr estos resultados. En este caso, los recursos gastados es energía.
Este concepto se puede equiparar con otros elementos productivos como el del trabajo o el capital invertido, etc… Pero en el caso de la eficiencia energética de los electrodomésticos no solo tiene importancia en el aspecto económico sino, sobre todo, en el aspecto medioambiental.
En este aspecto hay que tener en cuenta el diferente comportamiento de los electrodomésticos en cuanto al consumo energético. Mientras que la nevera o el congelador tienen un uso constante de energía, en otros electrodomésticos como el aire acondicionado o la lavadora, tienen un gasto energético puntual pero de más intensidad que en una nevera, por ejemplo.
Etiqueta de eficiencia energética
Antes de entrar al detalle sobre la etiqueta de eficiencia energética en los electrodomésticos, lo que habría que preguntarse es porqué en la actualidad no existe una ley que obligue a todos los fabricantes a que sus productos tengan la mejor eficiencia energética. ¿Por qué se permite que aún se fabriquen electrodomésticos sin la mejor eficiencia energética? Desgraciadamente es una pregunta cuya respuesta queda en el limbo.
Para conocer qué eficiencia energética tiene un electrodoméstico, solo tenemos que mirar su etiqueta, que suele estar adherida al propio aparato electrónico. La clasificación de este concepto se basa en una escala que se compone de 7 letras correlativas del abecedario: de la A a la G, siendo la G la peor y la A la de mejor eficiencia.
Actualización año 2021 del etiquetado energético
La eficiencia energética de nuestros electrodomésticos ha ido mejorando con el paso de los años. Y la Unión Europea puso el año 2021 como fecha para realizar la actualización del etiquetado energético. Dentro de los niveles máximos que hasta entonces se medían con el A+++, A++ y A+ dejarán de usarse para reflejar correctamente la eficiencia en el uso de energía en la actualidad. Os explicamos los principales cambios.
Los colores se mantendrán iguales, pero con letras consecutivas: desde la A a la G. En esta actualización, por poner un ejemplo, los electrodomésticos que tenían la etiqueta A+ pasará a tener el color amarillo y la letra D. Es un esfuerzo para poder informar de la mejor manera posible de los electrodomésticos con una eficiencia energética mejor, para ahorrarte gasto energético. Se ha hecho más estricto en los niveles energéticos para lograr los mejores niveles de eficiencia energética.
¿Hay tanta diferencia entre los diferentes niveles?
Pero, dentro de la gama A de eficiencia energética disponemos de diferentes niveles. Y como os explicaremos a continuación hay una gran diferencia de ahorro energético. Pero antes, detallamos cómo se mide estas diferencias.
La clasificación energética de los electrodomésticos se basa en el IEE, el Índice de Eficiencia Energética, que también se conoce por sus siglas en inglés: EER, Energy Efficiency Ratio. Este IEE se obtiene dividiendo la capacidad que tiene un electrodoméstico (en watts/hr.) entre la cantidad de watts que consume el mismo en una hora. Esto nos dará un numero sin unidades que es el famoso IEE.
Esta es la clasificación basada en el IEE antes del año 2021:
- A+++: < 22%
- A++: 22 – 33%
- A+: 33 – 42%
- A: 42 – 55%
- B: 55 – 75%
- D: 95 – 110%
- E: 110 – 125%
- F: 125 – 150%
- G: > 150%
Anteriormente, Esto significaba que el modelo A+++ consume únicamente un máximo del 22% de energía. Por tanto, en poco tiempo, se habrá recuperado la inversión gracias al uso eficiente de los nuevos electrodomésticos. Es una inversión con doble premio: económico y medioambiental.
Y en cuanto al consumo anual del gasto energético que tiene un electrodoméstico según sea su clasificación energética:
Clase energética nevera | Consumo anual |
---|---|
Clase energética A+++ | 175 kWh |
Clase energética A++ | 284 kWh |
Clase energética A+ | 322 kWh |
Clase energética A | 374 kWh |
Clase energética B | 507 kWh |
Clase energética C | 646 kWh |
Como podemos apreciar la diferencia existente es muy importante, incluso dentro de la gama A, en la que según el numero de positivos se puede llegar a ahorrar más de un 100% de energía a lo largo de la vida útil del electrodoméstico.
Es algo mucho más fácil de entender si ponemos ejemplos prácticos. Por ejemplo, un frigorífico que compraste hace 15 años. Este aparato tiene de promedio un consumo de 626kWh al año, y su clasificación energética estaría entre la D y la E. Si compras un frigorífico actual con una clasificación energética eficiente, el ahorro energético sería notable. Concretamente en el caso del A+ el consumo medio sería de 250kWh mientras que un A++ sería de tan solo 187kWh. Imagina el ahorro: el A+ únicamente consumiría el 42% de tu viejo frigorífico.
Una ventaja económica al conseguir un ahorro importante entre los 6o y los 69€ al año; además de una significativa reducción de emisiones de CO2. En el segundo caso, el frigorífico A++ únicamente usaría el 22% de la energía de tu antiguo aparato electrodoméstico, ahorrando 488 kWh al año y unos 93€ al año. Es decir, que lo que vas a ahorrarte en energía será mayor respecto a la que gastará tu viejo electrodoméstico.
Mientras la energía eléctrica no pueda ser creada con métodos 100% renovables y limpios, debería ser una prioridad máxima lograr la eficiencia energética de los electrodomésticos de nuestros hogares. El consumo energético de los hogares españoles significó, según datos del año 2015, un 18’5% del consumo total en España y los electrodomésticos son, sin duda, un elemento fundamental. Es por ello que también existen certificados energéticos de la vivienda con los que se informa de cuánto te costará en recursos mantener las condiciones de confort en su interior.