La moda es una de las industrias más contaminantes del planeta. Para cada prenda nueva que adquirimos se han utilizado recursos tanto materiales como energéticos. Además, en el proceso de convertir las materias primas en textiles se utilizan al menos 8.000 productos químicos y, para más inri, hasta el 25% de los pesticidas del mundo se usan para cultivar algodón no orgánico. Sin duda, estos datos explican por sí solos el porqué el sector textil es el segundo más contaminante. Y ante este panorama, la moda de segunda mano se presenta como una alternativa sostenible totalmente necesaria y un ejemplo perfecto de Economía Circular.
¿Pero cómo hemos llegado a esto? Si reflexionamos un poco, nos damos cuenta de cómo nuestra forma de consumir ha servido para acentuar su poder contaminante. En gran parte es debido a que estamos dentro de esa carrera sin final conocido, que es la del consumo como parte del ocio. El ejemplo paradigmático de esta situación está en las rebajas. Llegaban esos días de descuentos y automáticamente se despertaba en millones de personas una necesidad de comprar ropa, aunque no la necesitáramos realmente.
Como siempre nos gusta decir, no hay que culpabilizar a nadie, ya que estamos en una sociedad en la que el consumo forma parte de nuestro ADN. Pero, con paciencia, cariño y voluntad, entre todos podremos acercarnos hacia la sostenibilidad. La salud del planeta y de nosotros están en juego. Y para lograrlo, la moda de segunda mano nos sirve de ayuda.
La moda de segunda mano en datos
La moda de segunda mano disfruta de una gran salud en el mundo y ya ha alcanzado un valor de mercado tan destacado como los 28.000 millones de dólares. Sin embargo, no existen datos globales fiables relativos al textil usado, ni tampoco en cifras específicas como la recogida de ropa o el destino que tienen las prendas una vez ya realizado el proceso previo para su reutilización y posterior venta.
33 Millones de consumidores compraron ropa de segunda mano por primera vez en 2020
No obstante, hay algunos datos que sí reflejan la importancia del reto mayúsculo que tenemos con los residuos del sector textil en España. Según datos del Ministerio de Transición Ecológica y la Agencia de Residuos de Cataluña, en España se desechan 1 millón de Toneladas de textil. De esta cantidad, únicamente el 10% se recoge por gestores autorizados. Por tanto, hay 900.000 toneladas de textil que están fuera de cualquier control o reciclaje.
En este contexto, Humana, uno de estos gestores y una de las entidades más importantes del sector de la moda de segunda mano, nos ha facilitado algunos datos que pueden darnos una idea del valor añadido que están realizando en el mundo de la sostenibilidad:
Solo en el año 2019 recogieron 17.573 toneladas de ropa y calzado
¿Y qué incidencia tiene esta ropa recogida en la sostenibilidad? Pues muchísima. Según la Comisión Europea, por cada kilo de ropa recuperado se dejan de emitir 3’169 kg de CO2. Si lo extrapolamos al año 2019 y únicamente con la recogida de Humana, la recuperación de textil de ese año logró dejar de emitir 55.689 toneladas de CO2, o lo que es lo mismo, lo que supondrían las emisiones de 21.000 automóviles que recorren 15.000 km cada uno.
El sector de la moda de segunda mano tiene cada vez más protagonistas, tanto en la recogida y tratamiento como en la venta. Tan solo hay que echar una ojeada en cualquier ciudad para comprobar que cada vez es más habitual ver tiendas y mercadillos de ropa de segunda mano. En cuanto a actores de la moda de segunda mano, podríamos diferenciar dos tipos de entidades:
- Entidades sin ánimo de lucro: como Humana (Humana Fundación Pueblo para Pueblo), Roba Amiga (Cooperativa formada por empresas de inserción) o Koopera (de Cáritas), entre otras.
- Empresas: tiendas que venden ropa y calzado de segunda mano. La única diferencia respecto a las tiendas de moda al uso es que en lugar de vender ropa nueva, venden ropa de segunda mano. Son cada vez más numerosas en ciudades que han encontrado su propio nicho de clientes.
Como dijimos antes, según datos de Resale Report de ThedUp (en el gráfico de abajo), el año 2019 el valor del mercado de la moda de segunda mano en el mundo ascendió a 28.000 millones de dólares. Este valor incluye tanto la venta como las donaciones. Pero es que las previsiones de futuro muestran un gran interés por parte de los ciudadanos. Concretamente para el año 2024 el mercado global de la moda de segunda mano casi triplicará su valor y llegará a los 64.000 millones de dólares.
Y como pasa casi siempre, cuando hay mercado rentable, las grandes empresas desean tener su pedazo del pastel. Es el caso de H&M y Levi’s que han empezado a operar en la moda secondhand. Se trata de otra prueba palpable de la madurez de la sociedad que ve la ropa de segunda mano como una alternativa sostenible y económica. Ya una realidad. Los prejuicios de comprar ropa y calzado que ha sido utilizado por otras personas se han ido borrando para ser sustituidos por una conciencia ecológica.
Moda sostenible, de segunda mano y slow fashion
Lo que es evidente es que la industria de la moda debe cambiar. No lo decimos nosotros, sino sus nocivos efectos sobre el medioambiente. Ser la segunda industria más contaminante obliga a un cambio drástico en la forma de producir y consumir. Hace un tiempo tuvimos la oportunidad de charlar con David Allo, responsable de sostenibilidad de TEXFOR (Confederación de la Industria Textil). En la entrevista nos explicó los esfuerzos que se están realizando en la industria textil española en el ámbito de la sostenibilidad. Sin embargo, los consumidores parece que no lo tienen en cuenta a la hora de comprar ropa.
“Sí que es cierto que el mercado no sabe reconocer los esfuerzos que hacen los industriales; y el consumidor final, no tiene indicadores de mercado para poder discernir, y no notamos que los clientes contraten a los industriales más sostenibles, esperemos que esto también cambie”.
La moda de segunda mano y la slow fashion están predestinados a convertirse en el otro motor del cambio en el sector de la moda. Mientras que la primera consiste en rescatar ropa que ya había sido lanzada como residuo para darle una segunda vida, el segundo concepto se basa en una nueva forma de crear textil más sostenible y cuidando el medioambiente. Hace un tiempo os explicamos la diferencia entre la fast fashion y la slow fashion.
Además, en nuestro buscador podrás encontrar moda sostenible y ética que viene avalada por sellos ecosociales recomendados por expertos en sostenibilidad de 25 universidades europeas. Te invitamos a que visites nuestro buscador de lo sostenible.
En definitiva, la moda sostenible es una auténtica necesidad para el planeta. La sociedad parece que ha dado un paso definitivo para dejar de ver la ropa como un objeto de un solo uso, para convertirla en un bien que se debe apreciar y valorar. La madurez del consumidor sostenible se aprecia en el aumento continuado de este negocio que ayuda a nuestros bolsillo y, sobre todo, evita agravar la contaminación y el cambio climático.