Si algo estamos descubriendo todos los que formamos parte de la familia de Clickoala es que la información es clave para acercarnos al objetivo de combatir el cambio climático. Es por ello que vamos a tratar un tema no del todo definido: el mal uso del inodoro. Es decir, qué cosas se pueden lanzar por el inodoro y cuáles no.
El inodoro, water o sanitario, según te agrade llamarlo, se ha convertido para muchos en una especie de cubo de basura universal e infinito. Se arroja todo, se tira de la cadena y a otra cosa. Sin embargo, las consecuencias del mal uso del inodoro son graves tanto para nuestros bolsillos como para el medio ambiente.
¿Qué hacer para evitarlo? Lo primero que debería realizarse es una campaña de información continuada que logre la concienciación de la ciudadanía. Una vez se consiga este primer objetivo, se empezará a actuar en consecuencia. Hagamos un cierto paralelismo con el reciclaje. ¿Cuántas campañas se han realizado en los últimos años para utilizar los diferentes contenedores de colores?
La Norma sobre productos desechables en el inodoro
El pasado mes de febrero, la Asociación Española de Normalización, UNE, publicó la Norma UNE 149002:2019 Criterios de aceptación de productos desechables vía inodoro, que detallaba cuáles deben ser los requisitos de los productos que son biodegradables y, por tanto, que puedan ser arrojados al inodoro.
Tal y como se indica en el texto de la misma norma, su aplicación es para productos comercializados de uso habitual en el cuarto de baño y que se han etiquetado “como desechables vía inodoro, susceptibles de ser contaminados con orina, materias fecales u otros fluidos corporales”.
Paloma García, Directora de Programas de Normalización y Grupos de Interés en UNE, explicó en el programa Mangas Verdes de EFEVerde que habían comprobado que el principal problema es que no se sabía lo que se puede o no arrojar por el inodoro. Y ya sabemos que sin información no se puede solucionar el mal uso del indoro. “Esta norma se creó para dar una respuesta eficaz a la problemática de las obstrucciones en la red de saneamiento”, explicó Paloma.
Ya entrando en materia, la Norma especifica que los productos que cumplan con esta reglamentación no deben contener materiales sintéticos y, además, deben superar todos los ensayos requeridos. Los productos que cumplan con la norma deben estar etiquetados, marcados y con mensajes claros para que el consumidor sepa que pueden ser lanzados por el inodoro.
Qué productos no se han de tirar al inodoro
Ya sabemos que existe una reciente normativa que debe reflejar qué productos sí pueden ser lanzados al water. ¿Esto ha cambiado algo? No, un cambio de costumbre no se consigue de un día para otro. Las instituciones públicas han de ponerse a la obra para lograr la concienciación sobre los nocivos efectos que tiene un mal uso del inodoro.
Si hay un producto que está en el foco en este problemática son las toallitas húmedas. Vamos a analizar algunos datos que ponen de manifiesta la magnitud del problema.
Las toallitas húmedas. Sí sabemos que hay productos de este tipo que se venden en supermercados con información de que sí se pueden lanzar al inodoro. Que son aptas y biodegradable. Sin embargo, según un estudio realizado por la OCU con 4 de las marcas más populares de este tipo de producto ( de las marcas Eroski, Scottex, Colhogar y Bosque Verde de Mercadona) los resultados dejan mucho que desear.
El estudio deja un mal sabor de boca. Un caso más de publicidad engañosa, ya que ninguna de las toallitas se dispersa completamente en el agua. Circunstancia que sí hace el papel higiénico. Esto eleva el riesgo de atascos en conductos y filtros de las depuradoras de nuestras ciudades. Y, sin olvidar, que también contienen microplásticos y otras fibras sintéticas que contaminan el agua.
Sí, sabemos que són cómodas y húmedas. Que incluso huelen bien. Que dejan una sensación de cierto bienestar en nuestra piel cuando la usamos. Pero no son biodegradables. Podemos y sabemos vivir sin utilizarlas. Usando métodos tradicionales como el agua y el jabón se logran los mismos resultados y de una forma más económica y sostenible para el medio ambiente. Debemos empezar a cambiar nuestras costumbres con productos tan dañinos como estos. Aquí van algunos datos que quizás anime a más de uno a hacer un cambio en sus costumbres:
- Se vendieron 43 millones de paquetes en España. Estas son sólo cifras de toallitas para bebés.
- 8.000 kilogramos de toallitas se recogen cada día en una ciudad de tamaño medio.
- Cuesta entre 500 y 1.000 millones de euros anuales en depuración de agua.
- Provocan un 18% de incremento en los costes de mantenimiento en una ciudad de tamaño medio.
Pero no nos quedemos únicamente con las toallistas como producto que debemos evitar lanzar al inodoro, ya que son diversos. Vamos a repasar otros objetos de nuestra lista negra:
Los tampones y compresas. Están hechas de material no biodegradable. Y ya sabemos que esto implica un doble problema: el riesgo de atascos de las tuberias y provocar que los océanos y mares de nuestro planeta se llenen de este producto. Esto se extiende también a otros productos de higienes como bastoncillos para las orejas, pañales o algodones desmaquillantes.
El aceite. Es de sobra conocido que un sólo litro de aceite puede contaminar hasta 1.000 litros de agua. Sin embargo, es una práctica muy habitual. Para más inri, las depuradoras tienen dificultades en separar el aceite de agua que puede ser reciclado.
Las colillas. Ya analizamos las funestas consecuencias de las colillas en este post. No sólo se usará varias descargas de agua (malgasto), sino que también arrojará sus componentes químicos al mar y, en consecuencia, a la biodiversidad marina.
Los Preservativos. ¿Quién no ha sufrido la desagradable experiencia de bañarse en la playa y encontrarse flotando un condón? Está pensado para que sea difícil de romper y degradar.
Lejía, pinturas, amoníaco y disolventes. Estos productos químicos son muy contaminantes y, por tanto, agresivos con los seres vivos del mar.
En el siguiente vídeo sobre el mal uso del inodoro se detallan otros productos que no deben ser arrojados.
Cádiz: el caso más reciente del monstruo de las toallitas
Empezaba el mes de agosto con una noticia que demuestra la gravedad del problema que estamos tratando. Sólo en Cádiz se extrajeron 60 toneladas de residuos sólidos, la mayoría toallitas húmedas, del alcantarillado de la ciudad gaditana.
Pero si vemos un poco más la noticia nos damos cuenta que estas acciones de limpieza se hacen dos veces al año. En otras palabras, solo en un año se han acumulado tal cantidad de residuos no biodegradables y que, por una parte, ponen en peligro el buen funcionamiento del alcantarillado de la ciudad como, por otra parte, se convierten en material que será lanzado al mar.
Son cada vez más frecuentes las impactantes imágenes de esta masa compacta de residuos no biodegradables, la mayoría toallitas húmedas, que obstruyen sistemas de alcantarillado de nuestras ciudades. Si preguntáis porqué se le conoce como el monstruo de las toallitas, sólo tenéis que ver la imagen de una depuradora de Palma.