Hasta hace unos años, la ropa reciclada era, si se me permite el símil, como el triángulo de las Bermudas: se suponía que existía pero parecía invisible. En los últimos tiempos ha cambiado esta percepción de forma muy positiva.
Pero no nos pongamos todavía demasiado alegres. Como dice el refrán, “Al rey lo que es del rey”. Y si hablamos de la industria textil, debemos hacerlo remarcando que es uno de los sectores más contaminantes del planeta. Es algo tan sabido que ya lo admiten hasta las principales multinacionales del sector y por eso publicitan ciertas iniciativas positivas. Sin embargo, no por conocido voy a dejar de recordarlo mediante algunos datos concretos y dolorosos:
- De acuerdo con el Banco Mundial, el 20% de la contaminación del agua a nivel global se debe al procesamiento textil.
- Cada año, este sector crea más de 100.000 millones de prendas de vestir, cantidad suficiente para que cada habitante del planeta reciba 13 prendas nuevas al año.
- La industria textil gasta 93.000 millones de metros cúbicos de agua cada año, esto equivale a la cantidad de agua necesaria para que sobrevivan más de 5 millones de personas.
- El sector de la moda arroja medio millón de toneladas de microfibra al mar y produce más emisiones de carbono que todos los vuelos y envíos marítimos internacionales juntos
- Podría rescatar más datos, pero mi objetivo no es apabullaros con números, pero sí daros una idea general del problema medioambiental que produce el sector textil.
Antes este panorama, no es de extrañar que reciclar este tipo de material sea clave para el medioambiente y el futuro del planeta.
Una nueva sociedad, nuevo consumo textil
La sociedad se ve obligada a levantar la mirada y reconocer que el entorno en el que vive se está degradando. Y lo peor es que las consecuencias del cambio climáticas apenas están empezando. En este giro general y obligado hacia la sostenibilidad, el sector de la ropa ha estado muy presente.
Por supuesto, existen aquellas iniciativas auténticas y reales que ponen todo su espíritu y energía en ofrecer una ropa más respetuosa con el medioambiente. De hecho, modestamente en Clickoala hemos dado visibilidad en artículos en este mismo blog en el que hablamos de la [Slow Fashion], la [moda de segunda mano] o la [moda circular] y en nuestro buscador de productos sostenibles dónde podrás encontrar muchas prendas sostenibles.
El reciclaje es uno de los principales bastiones en los que quiere sostenerse esta sociedad más consciente de las consecuencias de su huella ecológica. Repasemos una de las lecciones básicas de primero de educación ambiental, las principales ventajas del reciclaje: ahorrar materias primas, energía, agua y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.
Convivencia de dos formas de comprar ropa
Vivimos en tiempos de cambios significativos y la sociedad se ha polarizado de forma notable en los últimos años en muchos ámbitos. Esto lo podemos ver también en la industria textil. Por una parte, cada vez hay más personas que eligen un consumo consciente y crítico de la ropa. Son personas que quieren saber lo que compran y qué efectos tiene sobre el planeta. Quieren vestirse, sentirse bien con la ropa pero sin renunciar a sus principios. Y la ropa reciclada es una de las opciones preferidas por este tipo de consumidor consciente.
Esta parte de la sociedad, sin embargo, convive con la que comprar ropa es un pasatiempo más. Según la ONU, y con datos del 2019, compramos un 60 % más de ropa que hace una década pero la llevamos puesta menos que nunca.
Ropa reciclada: datos y retos
La producción de ropa y calzado produce el 8% de los gases de efecto invernadero pero esto no impide que de forma constante las grandes compañías ponga en marcha el poderoso mecanismo de persuasión para crear en la sociedad esa necesidad de comprar ropa que no necesitamos. Y este es uno de los principales retos de esta problemática con la ropa reciclada. ¿Cómo revertir esta insaciable sed de vender cada vez más ropa por parte de las grandes marcas?
En este sentido, desde hace décadas se ha instalado en la mente colectiva de la sociedad que la ropa se debe actualizar de forma constante. Que una camiseta comprada el año pasado se ha convertido en algo pasado de moda y hay que comprar una nueva que esté alineada con la tendencia de ese año. Este engranaje perverso está perfectamente engrasado con publicidad, con influencers, etc… El ciudadano de a pie recibe múltiples impactos diarios para seguir esta dinámica. Sin embargo, este realidad choca con que solo el 1 % de toda la producción textil a nivel global se recicla y el resto se convierte en residuos contaminantes como los microplásticos. La ropa reciclada es solo una ínfima parte de las prendas que circulan en el mundo.
En Europa el escenario podríamos decir que es un poco mejor, pero tampoco se alcanza niveles de reciclaje suficientes. Si, además, nos centramos en España, los números son todavía más vergonzosos. Uno de los aspectos claves en la ropa reciclada está en la propia recogida de ropa usada. En el gráfico de abajo, se puede ver cuál es el porcentaje de recogida de residuos textiles, un porcentaje de la recogida sobre el total de residuos generados. En este aspecto, los países nórdicos son un buen ejemplo a seguir para el resto de Europa.
Alemania y Suecia: 62% de recogida
Bélgica: 55% de recogida
Media de Europa: 39% de recogida
España: 21% de recogida
Estos datos resaltan la urgencia de abordar la crisis de la moda desde diversas perspectivas, desde la concientización del consumidor hasta el cambio de prácticas de la industria, para avanzar hacia un futuro más sostenible. La ropa reciclada debe ser un bastión de necesario cumplimiento.
¿H&M motor de la ropa reciclada?
¿Y qué hacen los gigantes del mundo textil? Pues ruido y publicidad principalmente. No nos lo tengas en cuenta H&M o Inditex por el comentario, pero es algo que ya nos conocemos. El tema está en que publicitan ciertas iniciativas positivas para poder seguir haciendo lo mismo con una capa de pintura verde encima de sus conocidos logos.
Un ejemplo de ello está en la famosa marca H&M que logró notoriedad gracias a una iniciativa llamada “Take Care” y el claim de H&M recicla ropa, Supuestamente se trata de una acción para fomentar la sostenibilidad y la responsabilidad en el consumo de moda. La marca recogía ropa usada de sus clientes, aunque no sea de H&M, y les pagaba por cada bolsa de ropa. Además, se comprometía con reciclar la ropa recolectada, utilizando tecnologías y procesos sostenibles para dar nueva vida a los textiles.
El pequeño detalle es que el pago por esta ropa usada es de 5€ en forma un bono descuento para comprar en sus tiendas propias. No vaya a ser que estos nuevos clientes se escapen sin comprar nada. La rueda sigue rodando…
Ante este panorama descrito, la ropa reciclada tiene muchos retos a superar. Pero las ventajas para el planeta son definitivamente necesarias en la reducción de residuos textiles y en la disminución de la huella ambiental de la industria de la moda, al extender la vida útil de las prendas y reducir la necesidad de nuevos materiales.